Texto Terapeuta: Rossana Mercado

Paciente: Rossana Mercado

“Y testigos hieráticos del mal, logran su salvación en esta misma exclusión y gracias a ella; con una extraña reversibilidad que se opone a la de los meritos y plegarias, son salvados por la mano que no les es tendida. El pecador que abandona al leproso en su puerta, le abre las puertas de la salvación:”Para que tengas paciencia en tu enfermedad; pues nuestro Señor no te desprecia por tu enfermedad, ni te aparta de su compañía; pues si tienes paciencia te salvaras, como el ladrón que murió delante de la casa del nuevo rico y que fue llevado derecho al paraíso” El abandono le significa salvación; la exclusión es una forma distinta de comunión.”

Michel Foucault

1.
--el peligro de creer que hay que rechazar todo lo espiritual o religioso - "botar al bebé junto con el agua de la bañera"--

Los desordenes de la personalidad normalmente no son diagnosticados debido a que es difícil llegar a un calculo exacto sobre su incidencia debido ala inadecuación de los instrumentos de evaluación para identificarlos. Además, las personas con trastornos de la personalidad no presentan otros síntomas evidentes de trastorno mental y pocos de quienes lo rodean (familiares o amigos) ven la necesidad de tratamiento.

Considerando el bagaje religioso del entorno cercano de la paciente, sus 11 años de estudios en colegios católicos, 6 de ellos en uno particularmente ortodoxo, estricto en sus métodos disciplinarios (léase, disciplinamiento físico, encierros y demás métodos famosos por ser utilizado por la iglesia católica), la acepción del mundo fue un proceso confuso y lleno de baches, creando un rompecabezas deforme y mal armado, en el que cada paradigma de la existencia constituía una pieza. Sentimientos de culpa, alineación, de no-pertenencia surgieron a partir de un crecimiento desigual en los aspectos de su identidad.

En este caso, se observa que dicho desorden se gestaba de manera radial en la paciente, comenzando solo con un conjunto de actitudes y pensamientos que podrían haber surgido de un hecho post-traumático además, lo que genero una depresión crónica atípica que se detecto en los primeros años de tratamiento psiquiátrico.

En este aspecto la recreación de un momento especifico en su vida infantil le refiere ver dicho momento desde mas de una aspecto (o dimensión como ella los llama), el onírico, el “real” y el, emocional.

Paciente: Rossana Mercado


2. No tratado médicamente, un Borderline vive en un continuo vértigo emocional, experimentando unos estados anímicos totalmente inestables. Tantos estos cambios de ánimo como la mayoría del estrés que sufren producen una disforia terriblemente progresiva. Sienten intensamente casi cualquier emoción dolorosa… simultáneamente.

“Estas personas han sufrido una infancia tremendamente desgarradora, envuelta en continuos dobles vínculos. Son personas caóticas, no preservan sus estructuras internas de identidad.
Existe una falta de cohesión interna, “te odio, por favor, quiéreme”. En esta frase, lo paranoide es la petición que muestra una necesidad enorme de cariño, están atrapados en un doble mensaje, son un gigante y un enano al mismo tiempo, confusos por indiferenciados, no tienen la posibilidad de hacer otra cosa que luchar por intentar reconocerse y el odio que desprenden y que sienten, es un odio que les ata y les impide diferenciarse (Herranz, T.1996)”.

Odio abrumador, que se palpa, que se siente, odio que no saben diferenciar del amor, el odio con el que piden cariño “ Te odio, por favor, quiéreme”.

Durante esta época la paciente comenzó un tratamiento más sistemático, luego de sus “manotazos de ahogado”, de su determinación de “hacerlo ella sola”.

Se observo que los pilares de su trastorno de personalidad eran:
1. Relaciones intensas/inestables
2. Sentimientos de vacío
3. Temor al abandono
4. Polarizacion: En el pensar, sentir y en el actuar
5. Crisis de cólera irrefrenable
6. Autolesiones. Idea de desaparecer (aspecto en el que se trabajó ardua y prioritariamente durante este tiempo)
7. Tendencia a interferir tratamientos de manera intempestiva.













Paciente: Rossana Mercado


3. “Estudio de la paranoia (madrugada)”. 2005. Dibujo sobre tela. Tríptico, 2 de 1.20 x 1.00 m y uno de 2.0 x1.20 m $200 (los chicos) y $350 el grande

Desde joven la paciente presento un cuadro de “paraalucinaciones” que se expresaban de manera esporádica, a veces cada dos años, a veces en más tiempo. Durante estos años estas paraalucinaciones se tornaron más frecuentes y cotidianas.

Cuando niña, antes de hablar incluso, se notó que por momentos manifestaba una relación interactiva con algo que “no estaba allí”. Normalmente estas “visiones” la atormentaban en demasía, produciéndole convulsiones y miedo a dormir (lo cual posteriormente se manifestó en un insomnio severo). Después de los 19 años, estos episodios aumentaron en ritmo e intensidad.

El pensamiento psicótico a menudo se desarrolla cuando la disforia se acentúa. Debido a estos pensamientos psicóticos se dice que los borderline viven en el límite entre la realidad y la psicosis. Los principales síntomas psicóticos son las distorsiones perceptivas, los cambios de ánimo y las sensaciones físicas que padecen. Debido a esto, y en un afán de entender con plenitud su diagnostico, la paciente fue reconociendo los síntomas físicos y mentales que le avizoraban un “episodio”.

Esta temporada su actitud era de una alerta máxima, llegando a estados de paranoia intensos. Poco a poco, la paciente se inserto a concebir los límites de su cuarto como el libro de señales que le permitían un autocontrol sobre su enfermedad.

El pensamiento paranoide —sigue González Duro— es rígido e incorregible: no tiene en cuenta las razones contrarias, sólo recoge datos o signos que le confirmen el prejuicio, para convertirlo en convicción."














Paciente: Rossana Mercado

4. En este momento se plantea la solución del problema teniendo en cuenta que en un gráfico Euforia/Disforia, lo que se necesita es recortar los picos, siendo estos los extremos absolutos de cada estado.

Se entiende a la Disforia como una combinación de depresión, cólera, ansiedad y desesperación –a menudo complicada por la vergüenza, humillación, sentimiento de embarazo emocional, excitación, terror, celos y odio sobre si mismo. Esta puede ser desatada por los cambios de carácter, estrés y el sufrimiento emocional. Una vez que comienza la disforia, esta tiende a intensificarse de forma estable –posiblemente debido a una disfunción en el sistema límbico. La situación es tan dolorosa que los borderline buscarán una salida de forma desesperada. –a menudo confiando en drogas, alcohol, comportamientos impulsivos y autodestructivos, auto mutilación y suicidio.

Por otro lado, la euforia, un estado de suma hiperactividad, de sentimientos megalómanos, de gran actividad artística, intelectual y social (exageradamente), se presentaba para ella como un respiro momentáneo y mínimo de la disforia.

La paciente intenta reconocer la razón de sus síntomas, tratando de pensar en los sucesos de su vida de manera sistemática y metódica. Debido a que siempre esto implica una representación de no mismo en uno mismo, en un momento dado, los sucesos que recuerda y a partir de los que plantea su entendimiento, son engorrosos, a veces ficticios, a veces sobredimensionados o a veces suprimidos.

La polarización de su “rol” en las interacciones cotidianas –las del recuerdo y las actuales- no le permite establecer relaciones saludables. Comienzan las temporadas psicóticas.

Los caracteres psicóticos dominantes se centran alrededor de los sentimientos de derrotismo, sentido de maldad, cólera y autodestrucción. Las sensaciones físicas son destacadamente similares a la epilepsia del lóbulo temporal e incluyen una visión irreal y una derealización por la que cosas cotidianas enfermo se convierte en irreales. La sensación de haber vivido la misma situación, las experiencias extracorporales, la despersonalización (pensando que no son nunca más ellos mismos), discursos sinsentido y la sensación de que ciertas partes del cuerpo están entumecidas y no forman parte de su cuerpo.

Las distorsiones en la percepción psicótica incluyen primeramente la transferencia (por la cual perciben incorrectamente a una persona de su vida actual como alguien que les hizo daño en el pasado), una interpretación errónea de los motivos de ciertos comportamientos y alucinaciones.
Paciente: Rossana Mercado


5.
El afán de sistematizar los aspectos de su identidad, la hace entrar en un vórtice de “capas” particulares e independientes que conforman juntas su “yo”.

Los picos entre sus “estados” de euforia y disforia parecen calmarse por momentos, y pausadamente. En este aspecto estabiliza su estado “anímico”.

Pero, esta tendencia a “entender-se”, le deviene en un trastorno de la conciencia de la realidad, que se manifiesta por un cambio inesperado de los criterios con que acepta qué es real, que difieren de los criterios que tenía previamente, y que difieren de los criterios del grupo cultural al que pertenece.

La psicosis toma el lugar de las anteriores “polarizaciones”, experimenta ahora la paciente alucinaciones, pensamientos delirantes, y trastornos formales del pensamiento (cambios de las relaciones semánticas y sintácticas). Por lo general carece de introspección acerca de la naturaleza extraña o extravagante que puede adoptar su conducta o sus pensamientos, los que terminan por provocar una grave disfunción social.

Los síntomas que se agrupan con el nombre de psicosis son exacerbaciones de fenómenos normales, o son fenómenos novedosos que no suelen ocurrir en otras personas, e incluyen el delirio, las alucinaciones, la desorganización del pensamiento y la conducta, los síntomas catatónicos y la agitación.

En este aspecto, las autolesiones disminuyen, al igual que los episodios de depresión, los episodios paranoides no implican ya un temor externo, sino uno interno.

La paciente introyecta todo el “caos” que observo en su intento por entender lo que realmente sucedía.

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