Los textos de la exposición

A continuación están los textos que fueron colgados en la muestra, al lado de los cuadros, por ambos, el terapeuta/curador, y el paciente/artista.
(Recomendación: leer el concepto de "Stultifera Navis" en la sección de Julio de este blog.)


Textos del Terapeuta
Paciente: Paola Torres


1. Actualmente decir que se puede hablar de un limítrofe con precisión es en extremo riesgoso, pues es éste uno de los diagnósticos más controvertidos. Aparentemente, en lo que todos los analistas coinciden es en colocar a este grupo de pacientes en algún lugar no muy definido entre la psicosis y la neurosis, definiéndolo como un “trastorno de estructura”, según los subtipos acercándose más a uno o a otro dependiendo de la gravedad de la patología: mientras más contacto con la realidad mantenga, se acercará más a la neurosis; los considerados con estructura limítrofe inferior ya manifiestan un juicio de la realidad alterado.
Según Kernberg, estos trastornos se caracterizan por la difusión de identidad, no se ha logrado la constancia objetal (en la infancia temprana, el niño aprende que si el objeto no es percibible, no quiere decir que haya “desaparecido”), no se perciben objetos totales sino que idealizados (tanto buenos como malos); un desarrollo desproporcionado del impulso agresivo ligado al uso masivo de la escisión como mecanismo defensivo para poder contar con objetos buenos que protejan de los malos para escapar de la agresión atemorizante (ya que constantemente se siente atacados lo que los puede convertir en seres bastante agresivos); también se observan problemas en las relaciones íntimas (labilidad en el afecto). Kernberg enfatiza más bien que es la estructura misma –neurótica, borderline, o psicótica- la que determina el diagnóstico (Kernberg, 1977, pág. 90).
Seres atrapados en una caja que es el mundo (con un cielo cúbico y la luna plana), caminando sin realmente moverse de lugar; atrapados sin parecerlo, viendo un exterior ficticio o engañoso… Observando los textos se puede notar una marcada propensión a la ansiedad y la depresión (y una clara antisociabilidad que linda con lo fóbico), siendo este el primer diagnóstico de la paciente en cuestión.














Paciente: Paola Torres

2. El DSM IV (Manual de diagnostico de las enfermedades mentales) define al transtorno borderline o “límite” de la siguiente manera:

F60.3 Trastorno límite de la personalidad (301.83)
Un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y la efectividad, y una notable impulsividad, que comienzan al principio de la edad adulta y se dan en diversos contextos, como lo indican cinco (o más) de los siguientes ítems:
1. esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado. Nota: No incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el Criterio 5.
2. un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por la alternancia entre los extremos de idealización y devaluación.
3. alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y persistentemente inestable.
4. impulsividad en al menos dos áreas, que es potencialmente dañina para sí mismo (p. ej., gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida). Nota: No incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el Criterio 5.
5. comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes, o comportamiento de automutilación.
6. inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo (p. ej., episodios de intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas horas y rara vez unos días)
7. sentimientos crónicos de vacío.
8. ira inapropiada e intensa o dificultades para controlar la ira (p. ej., muestras frecuentes de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
9. ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves.












Paciente: Paola Torres

3. La agresión autoinflingida es común entre este tipo de pacientes y refleja su forma tanto de ver el mundo (dual y extrema) como a sí mismos, y fácilmente pueden pasar de verse de una manera, a verse de forma opuesta, tal como hacen con sus pares. Se dice que su característicamente inestable sentido de “self” tiene defensas de bajo nivel, es decir, arcaicas. Tienden a desligarse de la realidad como protección por periodos breves y usualmente transitorios.
Con respecto al cuadro “Violación Primordial”, la paciente manifiesta que habla de transgredir sus propios límites, de “reventarlos”… De unir un supuesto exterior con un interior que lo contradice y hasta lo repele (siendo la razón del uso de acrílico – pintura en base a agua – y óleo – en base a aceite – para esta obra).
Explícitamente hablando sobre una suerte de comunión mediante la agresión, esta obra dista de ser un autorretrato, si bien la paciente acepta que hay una suerte de metáfora irónica en dicha pintura al hablar de su propia experiencia personal con respecto a su entorno. Nos comenta que en esa época el cuchillo (o su posterior reemplazo, la pistola) era un símbolo recurrente porque ambas armas tienen la particularidad de hacer surcos, de penetrar… De “abrir caminos” en el cuerpo: vías contranatura, crearlas de la nada, originalmente no estando allí y se van haciendo por medio de estas armas que, utilizadas a manera de lápiz, los van dibujando y así incorporando algo del exterior agresor en su propio interior.

Es interesante, sin embargo, la estética de la mujer (mujeres) de este cuadro: estereotipadamente sensual, es casi plástica, ficticia… Irreal.


















Paciente: Paola Torres

4. Nervaduras y líneas se van infiltrando gradualmente en su pintura y van reemplazando lo que otrora fuesen imágenes en extremo violentas, en donde el sexo y la sangre eran frecuentes si bien recubiertos de colorida artificialidad. La paciente manifiesta que de un tiempo a esta parte disfruta mucho de este tipo de abstracción lineal, que su ejecución es mucho más placentera que el dibujo de figuras concretas que tanto había predominado en su obra hasta ese entonces.
Es frecuente encontrar este tipo de diseños en las alucinaciones simples, del tipo geométrico, común en algunas prácticas shámanicas y observable bajo trance o inducidas por el consumo de sustancias psicoactivas. La paciente dice haber experimentado con dichos tipos de sustancias y no duda en aceptar que están ligados; que ha notado una tendencia a una suerte de misticismo elemental manifestándose gradualmente en su cosmogonía personal y apareciendo en sus obras a manera de líneas que son una “estructura base”, caminos pre-definidos como gusta de llamarlos, si bien recuerda que, desde pequeña, gustaba mucho de dibujar árboles en especial por el entrelazado de sus ramas, que siempre observó con detenimiento.
Podríamos interpretarlo como una progresión del intento de comunión referido anteriormente (entre el exterior y su interior); un paso a la integración… Pero vale resaltar que esta interpretación podría verse ensombrecida por el hecho que las figuras humanas aparentemente se van desintegrado para dar paso a esta maraña de vías o “cables” que no siguen ningún orden ni patrón fácilmente reconocible, solamente el de alguna figura vagamente humana que podemos eventualmente reconocer entre este caos que por ratos parece querer organizarse.

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